Al otro lado
Veo como cruzas el puente.
Llevas su sombrilla, “para que el sol no sienta celos de
la luz que irradias”, te dijo, mientras abrías el paquete, envuelto en un
delicado papel de plata.
Ya no vas en su busca, terminaron las citas cerca de la
cascada, en la penumbra del bosque. Ahora recorres cada tarde el espacio que
antaño te separaba de él, sabiendo que irás en vano, el precipicio de la vida
se ha agrandado tanto, que por muchos puentes que recorras, la orilla de
enfrente ya no será la misma.
Tu traje de cielo y mar ondea, leve, con la brisa, como
las finísimas agujas de los sugis y los hinokis en los montes de Japón. El
puente se balancea, sutilmente, y el bolso que guarda la última carta se mueve
con él, una melodía de aire que sólo los pájaros podrían repetir.
Ahora te sentarás en la roca, inmersa en lo profundo del
verde, rodeada de musgos y hojas que crujen, y volverás a leer una y otra vez
las razones de su ausencia, la losa que cubrió su vida y la tuya, la decisión
definitiva antes de que lo encontraran tendido bajo las ramas, frío y sonriente
con un papel entre las manos.
Texto inspirado en
una foto publicada por Elvira Coderch en fb, así como en el bosque Aokigahara,
llamado el bosque de los suicidios.
(ni ella ni yo logramos encontrar
el nombre del fotógrafo, sólo el lugar: Kintai Bridge, Yamaguchi Prefecture, Japan)
Cuando perdí a mi madre, con frecuencia la llamaba por teléfono.
ResponderBorrarMe parecía imposible que no me respondiera con la ilusión que tenía por hablar conmigo.
Tiempo después, su teléfono cambió de dueño y no la pude volver a llamar.
Ahora siento su ausencia como la niña que cruza el puente bajo una sombrilla.
Que aparezca el viento, que la eleve, que la levante mucho, que la lleve al sol, que le diga que un amor real nunca morirá.
ResponderBorrarBeso.
Sólo te digo, Tecla querida, que me has emocionado profundamente.
ResponderBorrar¡Ah, Sarco, hermoso hermoso!
ResponderBorrarGracias a los dos por ser tan rápidos.
ResponderBorrarAbrazos tiernísimos.
¡Qué texto tan hermoso y delicado, Virgi! Va fantástico con la foto que tanto nos gusta.
ResponderBorrarBesos admirados, artista!
Elvira, bien sabes todo lo que aprendo contigo.
ResponderBorrarGracias por ello.
Muchos besos.
Que texto tan hermoso Virgi y a la vez lleno de tristeza y añoranza. La foto es preciosa, de esas que llenan la vista y todos los sentidos. Como siempre, salgo de tu muro con esa sensación de disfrute y de belleza que ensancha el alma.
ResponderBorrarBesicos muchos.
Delicado, delicioso, sutil.. vamos, que me ha encantado, de verdad.
ResponderBorrarBss
El texto es una maravilla. Texto e imagen se iluminan mutuamente, e inhiben al sol. Un abrazo.
ResponderBorrarTu relato me ha conmovido, no puedo ni comentar.
ResponderBorrarTe dejo un beso Virgi.
Una entrada que dan ganas de seguir leyendo, Un placer leerte, Bendiciones
ResponderBorrarSuave como la misma fotografía. Siempre he pensado que inspirarse en una fotografía o pintura suele ser difícil, tu lo haces sentir fácil.
ResponderBorrarBesos Virgi.
Que preciosidad de foto, y el texto también lo es, pero un poquito triste...
ResponderBorrarBesos y salud
La simbología de los puentes siempre indica que el lugar donde se llega también es punto de partida o retorno.
ResponderBorrarBella historia, bella fotografía!!!
Besos Escritora!!!
Qué bonita historia, aunque al leerla sentí melancolía. No sé si por la soledad de ella o si fue por la sensación que me da la foto (una belleza, se me figuró un lienzo de Monet)..
ResponderBorrarUn abrazo, querida Virgi
Un lujazo gratificante todo lo que me dicen. Gracias pero muchas muchas.
ResponderBorrarUn delicado y precioso texto como sólo tú tienes la sensibilidad de bordar.
ResponderBorrarEl suicidio tal vez sea ese inexplicable e inescrutable camino que ni la filosofía ni la mente humana logrará comprender nunca.
Un beso, tesoro.
Y gracias mil por todo.
Es imposible sacar mas partido poético y literario a esa brillante fotografía.
ResponderBorrarUn halo de suave tristeza le da calor al conjunto.
Como siempre, aprendo y disfruto.
Un abrazo.
Cuánta hermosura. De palabras, de paisaje y de intenciones.
ResponderBorrarUna gozada.
Que triste y que hermoso al mismo tiempo. Todo lo que envuelve el amor brilla, incluso en la oscuridad...
ResponderBorrarMe emocionó el relato Virgi
Besos guapa
Aparte de ser una imagen preciosa, te diré que texto es exquisito, rezuma sensibilidad por todas sus letras. Lírico, delicado y triste (ya sabes que la tristeza deja huellas muy hermosas, ay).
ResponderBorrarUn grandísimo abrazo.
ResponderBorrarTriste relato,, a la par que muy hermoso, que hace que la foto pase de melancólica a triste... para no desmerecer.
Es una grann foto... otra que yo no he hecho.
· BdPH
· CR · & · LMA ·
te iba a decir que estabas retratando en palabras (y en imagen) un paisaje bucólico hasta que llegué a las últimas líneas y los suicidios. NO me extraña, el lugar es ideal para unirse a la Naturaleza y ese puente que da vértigo ayuda en el empujoncito.
ResponderBorrarY "Pataplúm" puré nipón.
Besos, querida Virgi
Volver a los lugares vividos, lugares felices siempre reconforta. La cruda realidad es triste.
ResponderBorrarme encantó tu relato. La foto soberbia .
Un abrazo
La verdad es que la foto es inspiradora.
ResponderBorrarY te ha quedado un texto lleno de alma.
Abrazote
Cómo me gusta esa poesía que se desprende de tu texto.
ResponderBorrarLa foto es preciosa, en realidad todo lo que nos muestra Elvira lo es.
Besos, besos.
Isabel, tienes razón, yo he aprendido mucho con ella y todo lo que cuelga en su blog.
ResponderBorrarMuchos besos
Yo podría repetir todo lo que ya te han dicho.
ResponderBorrarMaravillosa sensibilidad, la tuya. Belleza, la de la imagen que inspira tantas cosas...
Gracias, besos.
Me conmueve Virgi. Y un halo de tristeza me rodea a la vez que rodea esa foto que resuma lejanía no sé si desapego o melancolía. Es magnífica. Pero tu texto la eleva todavía más, si cabe, a ese arte que bien sabes sacar tanto de lo cotidiano como de lo trascendental. Qué sé yo Virgi, hoy especialemnte me has sacado la lágrima...pero ya van muchas veces. Gracias por ese regalo y por el regalo de Elvira también que en verdad tiene un espacio personal excelente. Me pongo al día aquí y en el anterior. Un abrazo.
ResponderBorrarGracias, Tanci, por tu comentario. Me demuestras lo que ya he tenido ocasión de saborear: tu sensibilidad exquisita.
ResponderBorrarUn placer, ciertamente.
Esa espera sí que es y será del todo infructuosa. A no ser que ella tome valor un día y decida ir hacia él...
ResponderBorrarLa foto es preciosa; tan preciosa como tu prosa.
Besos
La verdad es que el texto parece hecho para la foto, o la foto para el texto, cualquiera sabe ;)
ResponderBorrarDeja uno esto de los interneses cuatro días y se pierde muchísimas cosas. Mucha envidia me da tu merecido lote de libros. Ya irás contando. El bosque de los suicidios te ha inspirado de forma sobresaliente. Algún día dejará de llover, aunque nunca dejaremos de ansiar.Precioso.Un abrazo.
ResponderBorrarTan rico visitarte como que vengas, apreciado V.
ResponderBorrarSí, sí, sí.
Besos y besos
Montón de gracias
Se no encoge el corazón, entre la desolación y la belleza.
ResponderBorrarEn tus palabras está el ritmo exacto de lo oriental, o al menos de lo oriental como lo imaginamos los occidentales.
Besos.
Un texto muy conmovedor, desconocía la existencia de ese bosque. No puedo decir mas, me afecta demasiado, querida Virgi. Hermoso pero tan triste... Un beso enorme.
ResponderBorrarEl relato logra situar al lector junto a la protagonista de la historia, como si lo viviese en primera persona.
ResponderBorrarBesos mientras el reloj martillea la oscuridad.
maravilloso, aun en su nombre fatal me trasmite esa angustiada realidad de quien siente el nunca mas de la eternidad en un sentimiento...
ResponderBorrarsaludos querida Virgi
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderBorrarUna fotografía espectacular.
ResponderBorrarUn texto muy apropiado.
Y si todo fuera así, también triste. Sé lo de los suicidios en Japón y ahora he buscado lo del bosque. Terrible.
Una buena foto da para un buen relato...
ResponderBorrarEs muy triste lo que has escrito. Precisamente hoy alguien de 16 años que conozco ha tratado de quitarse la vida consumiendo pastillas. No sé si saldrá de esta, pero como el hombre del relato tomó una decisión, en mi opinión, muy equivocada.
Buen finde, besos
Podía habere scrito algo más alegre, será que lo que sucede alrededor nos afecta más de lo que creemos.
ResponderBorrarPero buscando la ubicación del puente, encontré lo del bosque de los suicidios.
Así me fue surgiendo el texto.
Abrazos besos.
"Y yo sola con mis voces, y tú tanto estás del otro lado que te confundo conmigo." Alejandra Pizarnik
ResponderBorrarUn micro triste, pero de los de quitarse el sombrero.
bSôS.
Pizarnik, ¡enorme!
ResponderBorrarY no tengo nada de ella, sólo lo que he leído a salto de mata.
Me lo propongo YA!!!
Gracias, cielo.
Besos besos besos
Pues, si, con textos como éste, Pizarnik es obligatoria.
ResponderBorrarPrecioso todo.
He cruzado ese puente con ella y contigo y he sentido la soledad profunda que deja la ausencia de aquellos que amamos más allá de las palabras. ¡Intensidad! en las emociones que me ha regalado este poético relato. Te abrazo desde esta otra orilla en la que te leo, Virgi.
ResponderBorrarVertiginosos, texto y foto !!!
ResponderBorrarGracias, chicas.
ResponderBorrarUna satisfacción los comentarios que me dejan.
Besos
El Puente Kintai es uno de los puentes más importantes del Japón, se extiende a orillas del río Nishiki en una serie de cinco arcos de madera, está situado a los pies del Monte Yokoyama, en la parte superior de la cual también se encuentra el Castillo de Iwakuni.
ResponderBorrarFue Declarado como un tesoro nacional en 1922
y construido en 1673 por el señor Hiroyoshi Kikkawa
(información sacada de la red)
ResponderBorrarEnhorabuena poetisa. Ayer leí este post y me hiciste buscar puentes volados y señalar en mi estado de wasaph: cruzando puentes volados jaja, por tanto, gracias por inspirar y hacer de la lectura algo tan agradable. El recuerdo es tan conmovedor como esta fotografía.
ResponderBorrarUn abrazo Virgi
Te inspiras en imágenes con hermosos resultados.
ResponderBorrarIndudablemente la foto es perfecta, pero tu relato no le va a la zaga.
Abrazo grande
Muy sensible y delicado tu texto Virgi.
ResponderBorrarLa fotografía me ha encantado.
Un abrazo fuerte amiga.
Que sensacional bocado de metáforas.
ResponderBorrarGuardar voces que nos acompañan en el bolsillo izquierdo de la blusa, dejar abierta la puerta del corazón.
Abrazos miles
Lindo, Roberto, gracias y besos.
ResponderBorrarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderBorrarBellísimo el puente, el lugar, la foto y tu escrito.
ResponderBorrarLa tristeza sobrevuela la escena.
Beso
(unos amigos fueron a Japón y contaban mucho sobre los suicidios, muchos jóvenes)
ResponderBorrarEs mentira que las ausencias con el tiempo sean menos ausencias, todo lo contrario, con el tiempo las ausencias se hacen más grandes y algunas no tienen ni puente que cruzar. Me ha encantado.
ResponderBorrarBesicos.
De veras, Ana, me encanta que te encante.
ResponderBorrarUnos cuantos besos
Bello texto no solo por lo que cuenta. Tus palabras lo elevan
ResponderBorrarBienvenida, Anabel, un abrazo y gracias.
ResponderBorrarNo todos los suicidios son hermosos, pero algunos...
ResponderBorrarHe leído que para los japoneses es un acto de valentía.
ResponderBorrarBesos