Era este un hombre que, nadando, nadando, se alejó de la costa.
Confiado en sus posibilidades, rodeado de azul y sol, no vió la medusa enorme que, con sus tentáculos transparentes, como cuchillos afilados, lo partió en varios trozos. Tan feliz iba el hombre, que los pedazos siguieron nadando, cada uno a su libre albedrío.
Desde la orilla lo esperan, sin saber que la cabeza ya llegó a Brasil, un brazo a Terranova y un pie se acerca a Angola.
Fotos Virgi
Lanzarote y Miranda do Douro
Menos mal que por esos lados no hay caníbales...jajaja
ResponderBorrarSalud y besitos
Ni caníbales ni políticos, que son parecidos, je je.
ResponderBorrarBesos, Genín.
También es mala suerte...
ResponderBorrar:)
...pero él seguía tan feliz...
ResponderBorrarbesos besos
Vamos que terminó como quería, viendo mundo, yo también estoy encantada de volver a seguirte
ResponderBorrarGracias, Casía.
ResponderBorrarPues sí, viéndolo así, estupendo.
Un abrazo
Embriagados de azul podemos ser uno en todas partes... y en la orilla, que nos sigan esperando.
ResponderBorrarbesos
Hay pobre hombre... tan confiadito, pero por lo menos llegó a tres lugares casi al mismo tiempo y sin tomar avión.
ResponderBorrarBesos, Virgi
Ja ja, pues sí.
ResponderBorrarDon Gato, Myriam, besos y besos
· Caro precio a pagar por hacer tanto turismo. Hay agencias que te martirizan menos. Bueno, a no ser que esa medusa fuera politicamente azul.
· BdPH
CR· & ·LMA
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Azul a rabiar, seguro. ¿No ves cómo están segando todo?
ResponderBorrarBesos, Ñoco, besos
Enhorabuena Virgitene, por ser seleccionada entre tantos por el gancho de una puerta, cada vez escribes mejor :))
ResponderBorrarEn Miranda do Douro, ¿hay tradición artesana de cuchillos, navajas y demás cubiertos? se necesita constancia y paciencia para elaborar estos cuchillos.
Un abrazo :)
Mil gracias, Esi, por haber ido hasta allí.
ResponderBorrarBeso enorme
(a la pregunta no sé contestarte...:(
Muy bueno. Escribes muy bien y tienes una creatividad asombrosa, el hombre partido en pedazos va a muchas partes al mismo tiempo. Saludos cordiales.
ResponderBorrarOtro que le va a ser imposible presentarse completo el día de Juicio Final... No sabía yo que las medusas cortan... Besos
ResponderBorrarLa perseverancia no conoce de "desarmes" del cuerpo, de tajos del tiempo, sigue, vibra...tus letras son la prueba.
ResponderBorrarMil besos!
Qué interesante, me gustó mucho. Y las fotografías muy buenas.
ResponderBorrarSaludos cariñosos Virgi.
Al fin, somos pedacitos, de pasado y de otros, y además, nos desarmamos por llegar...Un abrazo.
ResponderBorrarComo la vida misma, creemos que nadamos enteros y lo que realmente hay son sólo pedazos de existencia a la deriva. Algunos, felices.
ResponderBorrarBesos.
Qué gran historia. Iba a decir que muy trste, pero creo que no: el hombre iba feliz, no sufrió.
ResponderBorrarUn abrazo, querida Virgi.
Es lo sentía al escribirlo, Marichuy.
ResponderBorrarUn desgarro sin dolor.
Otro abrazo fuerte para ti.
Pinocho II (resumen).
ResponderBorrar¡¡pobre!!
ResponderBorrarmuy original.
biquiños,
pobrecillo hombre...aunque murió feliz...
ResponderBorrarLas fotos hermosas como siempre, tienes muy buen ojos
besos
Leí hace unos días un verso de Marianne Moore que decía: "el mar envejece dentro de él". Es enorme ese verso, tanto como la perseverancia de ese hombre que, nadando y nadando, envejeció y murió sin ni siquiera darse cuenta.
ResponderBorrarUn beso.
Esa frase es portentosa...¡y tan sencilla que parece!
ResponderBorrarGracias, *), un beso
¡Qué bueno!
ResponderBorrarMe encantó. Eso se llama tesón...
Un abrazo,
Quizás un pie, en cada puerto de este mundo tan separado, pero unido a la vez...
ResponderBorrarSaludos y un abrazo.
Primero te metes en una acequia y luego lo del hombre y la medusa...¿Virgi, te estás preparando para las próximas olimpiadas en la modalidad de cien metros mariposa?...
ResponderBorrarjajajajaja, una historia muy ocurrente, aunque un tanto "negra". Ves, a los de secano como yo, eso no nos pasa...
Besos
Precisamente la playa mediterránea está plagada de medusas, por eso no hay quien se aventure como el protagonista de tu relato.
ResponderBorrarBesos desde la arena.
Una historia cruda pero con simpatía. ¿Será ese el futuro que nos espera, ser trozos solamente y cada uno por su lado?
ResponderBorrarMeditabunda me dejas...
Vale, te beso, sí.
Cuando hay sobredosis de felicidad los obstáculos se vuelven mínimos. Y entonces se es tan amplio que se alcanza cualquier distancia y varios puntos a la vez. Ese océano perfectamente puede ser el mismo ciber espacio, donde no faltan las meduzas despedazadoras pero donde los destinos felices son muchos.
ResponderBorrarAbrazos!!!
Buena aportación, se te ve buen nadador, Aristos.
ResponderBorrarBesos!!!
Pero qué historia tan bonita, aunque suene a recortes.
ResponderBorrarUn beso Virgi.
uffffffff, abrazos con un poquito de miedo.
ResponderBorrarPreciosa sorpresa que me has dado, Ángel. Un abrazo enorme
ResponderBorrarLigero y profundo como el mar. Y la medusa, ¡cómo tendría que ser esa medusa!
ResponderBorrarUn relato para pensar, también en ese mar azul tan hermoso.
Besos admirados.
Si él seguía feliz es que se había quedado con el único pedazo vital de sí mismo (¿el corazón, quizá?)
ResponderBorrarMuy buen relato, Virgi :)
Un besito, preciosa
Ay, ay, ay! Yo no quiero partirme en trozos. Quiero nadar en ese mar tan azul, toda enterita...
ResponderBorrarBesos
Qué bueno, Virgi. Me ha encantado el cuento.
ResponderBorrarA mí los cuchillos me dan pánico, hasta en foto. Siempre me corto, aunque no en tantos pedazos como el protagonista de tu relato que seguía nadando feliz rodeado de azul.
Besos, guapa.
Bueno todavía quedaba una parte importante del cuerpo. ¡Total para lo que nos vale la cabeza!
ResponderBorrarUn abrazo. Franziska
Hay gente muy especial, que tienen tanta determinación por hacer algo que logran incluso que partes diferentes de su cuerpo lo hagan por separado :)
ResponderBorrarjajaja eres la caña...me ha encantado.Un trozo de mí siempre llegará a Tenerife,eso ya lo sabes;seguramente será el corazón.
ResponderBorrarBeso.
Pues aquí está el mío, esperándote.
ResponderBorrarTú sí que eres un sol, Reyes, tesoro.
nunca llegó, se quedó en el camino de esa mar salada que le tragó como a Jonás,... no hubo fantasía para él, solo la dura realidad, el adios perpetuo...
ResponderBorrarojala fuera como tu cuento virgi
muchos besos, nadando...
ResponderBorrarEs posible que en el agua, cada trozo se regenere y salgan del mar varios hombres completos.
IngeniosaVirgilinda...
Siempre me han dado pánico las medusas. Ahora mucho más, a pesar de la sonrisa que me producen tus ocurrencias.
ResponderBorrarAbrazo
Y con la cita también sonreí. Mucho mar, eh?
ResponderBorrarme ha resultado una fábula un tanto escabrosa
ResponderBorrarpero en el mar todo puede suceder
abrazo y feliz fin de semana
En el mar, en la tierra y aquí al lado. Besos, Elisa
ResponderBorrarel escrito me deja la sensación que desde la felicidad nada nos afecta, me gustó...
ResponderBorrarsaludos querida Virgi
Cosas así están pasando por el mundo y yo sin enterarme. Nada como tener relaciones en este mundo virtual.
ResponderBorrarMe encantó.
Besazos
venir a tu casa es un placer, es deleitarse, es sonreir
ResponderBorrarbesos, virgi*
Es deleite es que vuelvas, apreciada Silvia. Me alegras.
ResponderBorrarBesos, guapa.
Virgi, ¡me ha encantado! Me gusta nadar, irme en el mar lejos buscando soledades y caricias de las olas y este año el mar estaba invadido de medusas. Pero de las que no pican, no me cortaron en cachitos, aunque para ser sincero, no me hubiera importado nada :) Un besico, poeta.
ResponderBorrarA veces una metáfora es parte de una triste realidad.
ResponderBorrarUn abrazo
Linda sorpresa me has dado, Jan. Te lo agradezco pero mucho. Un abrazo.
ResponderBorrarQué despistado que iba el hombre.
ResponderBorrarQué derroche de imaginación, me encanta. aunque vaya susto cuando vi los cuchillos... qué más podría pasarle al nadador...
Un abrazo y gracias por esta medio sonrisa que me llevo.
Ay, algunas felicidades, en el fondo, no son sino infelicidades.
ResponderBorrarUn relato fantastico de lo cotidiano, pleno de terror.
Un abrazo, amiga
Jajaja, delicioso
ResponderBorrarQué historia tan bonita...
ResponderBorrarGracias, Nita, un beso
ResponderBorrarEl hombre no solo perdido las maletas.
ResponderBorrarMuy simpática o muy triste? No sé, según cómo la lea. De cualquier forma, original, en tu mar siempre.
ResponderBorrarBesos, Virgi.
Cada cachito es uno en sí mismo. Yo me quedo con el corazón ¿a dónde habrá ido a parar?.Hace falta mucho tesón para seguir nadando aunque algo fragmentado Virgi. Pequeño, pero substancioso. De nuevo mi abrazo para tí.
ResponderBorrar¡Ah, mi querida Tanci! Somos trozos en uno y uno en trozos. Asi nos va, cargando con nuestros impulsos de aquí y de allá. Mientrs conservemos el corazón, no? Y si es grandegrande, como el tuyo, mejor.
ResponderBorrarOtro abrazo fuerte, muy fuerte.
ResponderBorrarEsos cuchillos incitan a escribir.
Lindas fotos, todas.
Y si no incitan a escribir, incitan a la imaginación. Hay todo un imaginario con cuchillos.
ResponderBorrarBesos, Virgi
Gracias, Clarice, María.
ResponderBorrarBesos las dos
Queda patente que cuando se tienen las ideas claras pocas cosas pueden hacerte renunciar.
ResponderBorrarUn abrazo
¡Exacto!
ResponderBorrarY sabes bien de lo que hablas.
Más besos (ya van varios, eh?)
pero quien no se arriesga no pasa la mar
ResponderBorrarBesos.
ja ja ja...aunque nos partan a trozos
ResponderBorrarbesos
Que interesantes que son estas historias, creo que en algún momento vamos a tener que hacer algo asi, para luego poder recordarlos, espero que tengamos la chances de conocer lugares como estos ahora que estamos buscando unos pasajes baratos lan
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