Se precipitan las hojas en un baño de luna y agua.
Parecen danzar, aéreas sobre la cascada. Libres, aladas, confían en la empatía líquida para salvar la
caída. Juegan felices, sin temor, son sólo hojas en la noche.
La luz inmensa, fría y perfecta, alumbra el tránsito del
tronco a las profundidades.
Un hálito de vida aún les queda para bailar. Y lo
disfrutan. Juegan a ver quien cae antes, cual de ellas llegará al final más
húmeda o más seca.
En el vuelo está su dicha, en el juego el placer, en el
vértigo la razón de vivir junto al precipicio. Poco les dice la brevedad de su
vida ni la infinitud celeste.
Son hojas, sólo hojas.
1797 / 1858
Gracias (una vez más) al generoso y prolífico blog de
Elvira, me sumerjo en la belleza oriental de una cascada, viéndome casi
hoja, casi luna.
Sí, son sólo hojas, como nosotros somos sólo humanos, millones de humanos sobre la Tierra que caemos y revoloteamos al albur de la circunstancias de unas cuantas hojacas podridas de dinero.
ResponderBorrarMe dejaré de filosofías del momento y me centraré en la hermosura de la imagen. Estos orientales tienen una delicadeza especial para el dibujo, está claro. Son sutiles y sus obras están llenas de armonía.
En cuanto a tu texto, una prosa poética preciosa, en la que, sobre todo, impera la idea de la caída, aunque sea una dulce caída.
Miles de abrazos, pero muchos, ¿eh?
Me encanta que inaugures esta caída, mi querida Isabel.
ResponderBorrarHojas, poco más.
Y en esta época, cayendo sin ton ni son, al albur de lo que mueven sin piedad los troncos.
También montones de abrazos para ti.
Hoy fui hoja por unos instantes leyéndote. Leí la pintura y vi las hojas caer.
ResponderBorrarbesos
Una caída en tu compañía, mi querido Gato, debe ser de lo más dulce.
ResponderBorrarBesos besos
y se hacen Utawa titiKAKA...
ResponderBorrarBesos
Tú ya eres luna, querida virgi. Y hoja y agua. Y dicha. Y poesía. Un abrazo muy fuerte.
ResponderBorrar¡Pero qué maravilla, querida Virgi! Has unido para siempre tus bellas palabras a este grabado que tanto me gusta.
ResponderBorrarUn beso agradecido
Tal como lo describes, es fácil ver las hojas en su volar, con esas palabras entrelazadas en su caída que son pura prosa poética...
ResponderBorrarBesicos, amiga.
Si, solo hojas que caen, como nosotros cuando caemos...
ResponderBorrarBesos y salud
El otoño es dictador, el invierno su perro.
ResponderBorrarBesos.
Trabajas tan bien las imágenes que las veo. veo caer las hojas que se precipitan a ese baño de luna y agua.
ResponderBorrarLindo Virgi.
Saludos.
Así debe ser, cada uno vive su desgracia como su pequeña gloria y yo, no creo que esté mal. Es lógico y justo. Un abrazo.
ResponderBorrarPor eso caen felices, apreciado Joven.
ResponderBorrarNo como nosotros, que caemos porque nos empujan.
Otro abrazo para ti.
Qué bella imagen: precipitarse en en baño de agua y luna.
ResponderBorrarUn abrazo, querida Virgi.
Precioso, amiga... En el ultimo aliento, bailan...
ResponderBorrarUn abrazo
Belleza en acción, sin adjetivos. Y casi sin verbos.
ResponderBorrarUn abrazo.
Belleza a más no poder.
ResponderBorrarLa dicha de lo efímero, la plenitud de lo hermoso.
Besos
hojas, como nuestra vida llena de incertidumbre, solo que ellas prefieren ser felices en la aceptación de su destino..
ResponderBorrarsaludos querida Virgi
mi pintura favorita de Utagawa (como también le dije a elvira) con la combinación de tus maravillosas letras.
ResponderBorrarsoy hoja en el viento*
Tan escalofriante como poético el simil que planteas. Con la belleza a que nos tienes acostumbrados.
ResponderBorrarJugar, reir, gozar mientras se cae. Fabuloso. ¿Y cuando el tronco se quede sin hojas? Ahí lo dejo...
No conocía a la artista. Ya me pasé para enterarme un poco. Un abrazo.
Ahí estamos, V.
ResponderBorrar¿Habrá una primavera para reverdecer?
No tengo respuestas, pero espero que sí, al final la naturaleza siempre nos enseña más de lo que esperábamos.
Un abrazo grande.
Son muy bellas tus interpretaciones de las obras de arte. Ahora mismo recuerdo la del pastor protestante, la de dos niñas en un jardín, una niña subiendo unos escalones...
ResponderBorrar...besos, Virginia.
ResponderBorrar¿cómo no recordar la de la chica durmiendo?...
ResponderBorrarTal vez, la vida es así, tan efímera. Encierra, quizás, algo de dicha, un poco de placer, un poquito de juego... apenas arrojo. Pero yo no sé si seguir esa cascada de manera juguetona dejándome llevar por esa inercia o nadar contra corriente. Al final ya vemos, todo es inercia y caída. ¿A qué luchar pues?. Tan bellas esas imágenes como tus letras, tus pensamientos y tus mensajes. Afortunados los que te disfrutamos leyéndote con tus creaciones y elecciones. Un montón de besos.
ResponderBorrarLa pintura es expléndida.
ResponderBorrarTus palabras me hacen sentir la ingravidez, esa que se siente al dejarse fluir...somos hojas alguna vez?
Besos
Nunca había pensado en que las hojas tambien caían por la noche.
ResponderBorrarTal vez no se debía de perder nada cuando se duerme.
Besos dulces. :)
( salgo de mi madriguera)
Hojas caídas, como vidas en un cesto.
ResponderBorrarBesos y un abrazo
Ir a morir bailando... qué hermoso.
ResponderBorrarCautivadora estampa japonesa, La enorme belleza de la sencillez...
Felices sueños.
Tus buenos deseos se cumplieron, querida Soco; soñé que era un hoja bailando a la luz de la luna. Y sin caer. Besitos
ResponderBorrarQuerida amiga!
ResponderBorrarme perdi en esa brisa matil que da el compas a las personas. hojas! quise decir hojas. y es que a veces me siento como tus hojas. mis hojas. las nuestras.
Dias de ausencias. Dias dificiles. No estuve por aqui. pero es que no estuve por ningun lado. Un tanto perdido tal vez. en el tiempo.
Un abrazo desde la lejania.
...la gravedad...la gravedad...un beso desde Murcia...seguimos..
ResponderBorrarTienes el arte de que al leerte nos hallamos visto en ese caer que es la vida.
ResponderBorrarY puede, incluso, que la llegada al suelo sea cada vez más uniforme.
Delicadas y a la vez enormes son tus palabras y la imagen que las suscita.
Besos.
Vivir sobre el precipicio se define con intensidad, con la intensidad de vivir; pero a la larga, si te planteas algo más (y no eres sólo hoja) pues puede llegar a dolerte bastante, ¿no?.
ResponderBorrarBesos
Cada vez me gusta más lo que veo y leo por aquí, qué bien. Un placer descubrir a Elvira y Hokusai.
ResponderBorrarnunca había pensado en la caía de las hojas como una danza, como un comienzo de algo más que como un final.. me ha gustado.
ResponderBorrarOjalá que las hojas no te toquen el cuerpo cuando caigan... Texto precioso... Igual te lo robo para La Máquina... pero qué nobre le pongo?
ResponderBorrarEl blog de Elvira es magnífico, como sabes tú también.
ResponderBorrarUn saludo
Sin leerte tuve la misma sensación que tú: sentada ante el precipidio :)
ResponderBorrarBonito dibujo, aunque soy tela de occidental y no aprecio ciertas filigranas.
También se puede caer en positivo.
Un beso Virgi.
Juan, tu propuesta es un orgullo para mí.
ResponderBorrarMogollón de gracias, igual de besos
Todo es delicadeza en tus post, armonía...hasta esa caída de las hojas nos las haces sentir hermosas, dulces...
ResponderBorrarUn gran abrazo
"Ando, ando.
ResponderBorrarSi he de caer, que sea
entre los tréboles"
(Kawai Sora)
Saber que eres hoja, solo hoja, eso es lo que es más complicado.
ResponderBorrarHermoso es el texto y la imagen que lo acompaña. Un abrazo. Franziska
La Naturaleza siempre es felíz en su curso, en su cumplir dentro del ciclo. Algunas culturas conservaron, otras recuperaron, esa noción, y tienen un más alto indice de felicidad que las que ya no la recuerdan.
ResponderBorrarYo, en el dibujo, en vez de hojas secas veo pájaros, y en los árboles de la calle veo estrellas, ..., y llega un momento en que todo se me confunde y el mundo se me hace UNO -yo incluido-. Y me hace sentir bien.
Un beso, Virgi. Precioso texto.
Qué ilustración más hermosa, Vrgi. También tu visión personal de ese grabado, de la felicidad, la delicadeza, el juego natural y sencillo de esas hojas que caen cumpliendo un destino natural...Sabes que las pinturas se alegran cuando alguien las resucita?
ResponderBorrarComo dice Isabel, nosotros también caemos, pero de un modo más cruel: con dolor consciente, con burla y escarnio de esa maldita estirpe de Midas.
Felices hojas que cumplen su destino tan sabiamente y lo celebran en esa hermosa obra y en tus palabras. Un abrazo.
... y nosotros preocupados por menudencias mundanas, agobiados hasta las cejas, deprimidos por mil y ningún motivo.
ResponderBorrar¡Quiero ser hoja! y que mi vuelo sea mi dicha, y el juego mi placer, y el vértigo mi razón de vivir junto al precipicio.
BsoT.
Por qué se suicidan las hojas cuando se sienten amarillas?Imagen y texto de una gran belleza
ResponderBorrarbesos
Tienen más lucidez que nosotros, Rubén, y conocen sus posibilidades.
ResponderBorrarSabes que me alegra mucho que vengas, un fuerte abrazo. Repártelo, porfi
Titilan burbujeantes cada primavera, brotes de juventud. Bailarán su vals de otoño y cubrirán las raíces dormidas de un nuevo amanecer. Nos cubrirán a todos.
ResponderBorrarQué bonito, Virgi.
Chuff!!
Esa cascada es como una fuente de oxigenación, donde la caída ayuda a que las hojas no pierdan su forma, renovándose todo el envés de la cara más interna del fronde que arrastra el río...
ResponderBorrarEs muy bonito Virgi: tanto el dibujo como tus hermosas palabras.
un abrazo
Son hojas que bailan el ritmo de tus palabras. Las haces danzar y esa "Caída" se hace amena, danzarina y cantarina. Preciosa entrada.
ResponderBorrarBesicos muchos.
Una danza bellísima al compas de tus letras. Abrazos.
ResponderBorrarDe veras cautivador, muy bello, Virgi. Una hermosa experiencia poder ser hoja y danzar con el agua y la luna.
ResponderBorrarYo diría acerca de las hojas que nada más y nada menos. Qué sería de nosotros sin ellas.
ResponderBorrarPero tu has jugado con ellas como nadie con esos malabares entre hoja y palabra y las has hecho felices por un tiempo en que tu tiempo y su tiempo se encontraron.
Qué suerte has tenido, poetisa de mi vida.
Lo que es precioso, Tecla querida, son tus interpretaciones de las mías. Un riqueza enorme.
ResponderBorrarGracias, maravilla.
Tus palabras amables, están en su pie de foto...
ResponderBorrarGracias, amiga
Besicos
Son hojas, sólo hojas.
ResponderBorrarComo nosotros, Virgi, cayendo cada día.
Me gustó mucho, un beso.
Y nosotros qué somos. Hombres, solo hombres, precipitándonos en el vacío que nos estamos creando...
ResponderBorrarMuy bueno virgi.
Saludos.
Gracias, Moderato, un beso.
ResponderBorrarPero ahora estamos en la época en la que no caen las hojas, si no que revivien :)
ResponderBorrarBesicos
cierto, son sólo hojas. estás muy inspirada.
ResponderBorrarQuerida amiga:
ResponderBorrarMe recordaste "Nieve" de Maxence Fermine. La hojas equilibristas de la vida, de la dulce caída, sin golpes innecesarios...
Hermosa pintura y el texto a la altura...
Besos, Monique.
¡Ah, "Nieve", preciosa historia, Monique! Muchos besos, muchos
ResponderBorrarLeyéndote y mirando la imagen me he sentido como una hoja.
ResponderBorrarSiempre es una sorpresa venir a verte.
Un abrazo.
Me gustó esa caída de hojas.
ResponderBorrarSaludos, Virgi.
Y a mí las palabras que me dejan.
ResponderBorrarBesos besos besos
Como esas hojas sentimos dejándonos volar y mecer por cada instante y cada sueño.
ResponderBorrarFrágiles y humanas, revoloteando a la luz de la luna bajo el perfume incierto del vertiginoso baile de las quimeras y el deseo.
Besos, artista.
Vi que cambiaste el look...
ResponderBorrar;-)
Sí, con las nuevas sugerencias de blogger, me decidí a cambiar algunas cosillas, tampoco me gustaba el ancho de las entradas ni de los gadgets...en fin...
ResponderBorrarMás besos, Eva querida.
Hermosa cadencia la de las hojas, quién pudiera aprender de ellas. Y aprehender su lección.
ResponderBorrarBesos, Virgi
Totalmente hermoso. Profundidad.
ResponderBorrar¿Solo hojas? Una hoja es la esencia del tiempo.
ResponderBorrarAsí debimos ser alguna vez durante nuestra evolución, felicidad en el vuelo sin concebir la brevedad.
ResponderBorrarUn abrazo
Aún quedaban hojas, aún.
ResponderBorrarBailaban lentas, abstraídas y llegaron más tarde.
Gracias.
Los abrazo fuertemente.