viviré en esta casa
cerca de las piedras
al amanecer, la luz bañará las hormigas, las abejas,
los saltamontes en la yerba
un rumor sonando en las esquinas,
ahuecando la piel rocosa del día
los saltamontes en la yerba
un rumor sonando en las esquinas,
ahuecando la piel rocosa del día
Fotos Virgi
las piedras son mapas en los que siempre que nos detenemos encontramos nuevas rutas, nuevos detalles
ResponderBorrarbesitos
Las piedras, espero, nos sobrevirán, hablarán de lo que fuimos cuando ya no estemos aquì.
ResponderBorrarUn beso, querida Virgi.
Las piedras, eternas, impasibles, siempre nuevas. Sí.
ResponderBorrarBesos a las dos, Carmen, Marichuy.
preciosa casa de piedra, seguro que su interior está repleto de secretos
ResponderBorrarabrazos
Pues me iré a vivir contigo, Virgi.
ResponderBorrarTambién junto a las piedras y cuando aparezcan los claros del día y las piedras se vean del color del oro, nos haremos anillos y collares para celebrar que cada día sale el sol.
Por la cerradura se veían cosas preciosas, Arena. Gracias por venir.
ResponderBorrarUn abrazo
Contigo donde me digas, Tecla querida. Y con alguien que las dos conocemos, ¿te parece?
ResponderBorrarBesitos. Muchos.
Sonrisas. Siempre.
Sería lindo que los muebles fueran de piedra. Es una casa que invita a vivir en ella.
ResponderBorrarTú última estrofa me hace pensar en insectos de oro que que vuelan sobre lo verde de la grama.
Felicitaciones preciosas fotos.
Saludos.
La luz sabe que de todos los seres que se interponen en su trayectoria, la piedra es la única que no le devuelve el murmullo. Su lítica mudez nos protege de todos los engaños. Tal vez, porque le pertenecemos.
ResponderBorrarUn abrazo.
Precioso
Chuff!!
Las piedras me infunden un gran respeto.
ResponderBorrarSon antiguas y saben de la historia de los hombres, aunque es proverbial su silencio.
Algunos hemos sentido sus nervios oscuros.
Un abrazo muy grandote, Virgi querida.
Ausente por un tiempo, he venido a ponerme al día en este paraíso tan bello. Abrazos.
ResponderBorrar"ahuecando la piel rocosa del día"
ResponderBorrarMe gusta esta imagen perfecta que describe los avatares de lo más superficial de nuestro cuerpo...
Besicos murcianos, guapa.
Hay piedras con alma, con luz intemporal, con la sonrisa de la memoria...
ResponderBorrarbesos
Mola tu casa. Espero que me invites. A cambio, puedo ofrecerte la mía, en la isla de Hydra. En cuanto le haga fotos, te las mando.
ResponderBorrarBuen sabor de boca. Por las pastas y por lo demás.
Biquiños, dama.
Una piedra es un mapa, una piedra es un baúl que guarda un montón de secretos que por momentos hablan.
ResponderBorrarBuen escrito, te felicito
Un abrazo,
Luis Carlos
Y de tu piel canela se abriran ventanas de luz y vida hechas palabra....
ResponderBorrarbesos linda!
La naturaleza es mágica, como mágica es quien sabe apreciarla.
ResponderBorrarBesos
Pues esa casa, si por dentro está habilitada, puede ser un paraíso.
ResponderBorrarUno de los sueños de mi vida, que temo se quedará insatisfecho, es comprar un corralón de piedra en mi pueblo (ya le tengo echado el ojo, está en un paraje excepcional) y habilitarlo por dentro para vivienda.
Es un sueño, ya digo.
Vivir cerca de las piedras es como dejar que nos cuenten un cuento. Un cuento donde llueve, donde todo repiquetea, donde todo se erosiona pero también reverdece... Las piedras cuentan y cantan y es hermoso tu deseo de querer acercarles tus oídos.
ResponderBorrarUn abrazo.
El rumor del mar y ese dorado del sol, ¡qué hermosura!
ResponderBorrarBesos.
Y yo entraré despacito en ella, para acurrucarme a tu lado, sentir esa luz y bañarnos en ella...
ResponderBorrarBesos.
Cuánto TQ.
Que singulares y curiosas, únicas, esas casas que descubres. Derrochan personalidad. Pasa igual con cada una de tus fotos y esos textos que son como bálsamo. Y llega el relax.
ResponderBorrarNo pude ver la peli francesa, la quitaron. Y de veras que lo lamenté.Un abrazo.
La Piedra:
ResponderBorrarEl despistado tropezó con ella.
El violento la usó para herir.
El emperador la usó para construir.
El campesino cansado la usó para sentarse.
El niño la usó como juguete.
Drummond la usó como inspiración.
David la usó para vencer a Goliat.
Miguel angel sacó de ella una bella escultura.
En todos los casos la diferencia no estuvo en la piedra sino en el hombre.
No existe piedra en tu camino que no puedas aprovechar para tu propio crecimiento.
Lo he leído justo antes de llegar aquí y no he podido resistir traerlo, Virgi.
BsoT.
Vivir cerca de las piedras, de la piel rocosa del dia, es volver al origen de lo que fuimos y que a veces hemos olvidado ser.
ResponderBorrarQuerida Vera, gracias por Drummond, no lo conocía y ahora ya sé que había una piedra en el camino.
ResponderBorrarUn pedrusco enorme de besos
Si vas a vivir ahí es porque has descubierto la verdad.
ResponderBorrarBs.
Lo mejor de las piedras es que no engañan. Y brillan con la luz, sea la de la luna o la del sol. En fin, que no tienen prejuicios.
ResponderBorrarMe encanta la segunda fotografía; ese laberinto de luz...
ResponderBorrarBesos
(jaja te lo aseguro V., aunque mis post sean insensatos, él es muy prudente y actúa con mucha inteligencia y serenidad. Una cosa es lo que pensamos y escribimos y otra bien distinta es, como actuamos jaja).
ResponderBorrarEstas piedras representan la permanencia, lo auténtico, lo original, aquello que no se deja influir por las nuevas tendencias y modas. Así son tus post, sugerencias en las que predomina lo esencial y puro.
Un abrazo V.
Impresionante baño de luz.
ResponderBorrarPues no me había dado cuenta, Joven.
ResponderBorrar¿Ves? es lo que tiene esta interacción virtual...je je...en serio, volví a recorrerme, gracias, un beso.
Las mismas piedras, distintas y renovadas con el tiempo, las que estaban y estarán cuando nos hayamos ido.
ResponderBorrarSaludos, Virgi
Si, me gusta que decidas ir a vivir allí, junto a las piedras. Yo te visitaré y pondré mismanos sobre ellas. Sentiré el calor de su palpitar, la textura de los tiempos, la fragancia de la humedad sobre sus espejos. Y necesitaré volver para saber que ellas perviven a través del tiempo. Maravillooas fotos Virgi. Tan cercanas y tan llenas de luz y oro. Deseo tocar en esa casa y tomar un buchito de café ¿pido mucho?. Un abrazo de los más cálidos.
ResponderBorrarBuena idea, señorita Tanci, pide Vd muy poco, podíamos llegarnos hasta allí.
ResponderBorrarHablamos, besos, :) :) :)
Recuerdo la casa de piedra donde viví mi primera infancia. Ahora es un enorme edificio de hormigón y cristal. Y pienso si el hombre no sería mas feliz si no ambicionara tanto...
ResponderBorrarSon preciosas tus fotos.
Y sí, yo también iría a visitarte, a palpar huellas y retraer recuerdos.
Abrazo, preciosa tú
Tus palabras enaltecen la belleza de la piedra.
ResponderBorrarSon magnificas tus letras y tus fotografías.
Besos
Ay, has tocado mi punto flaco estos días. Estoy con las piedras para aquí y para allá. Las cojo en la montaña, las sostengo en la mano... Incluso me traigo varias a casa.
ResponderBorrarPreciosas fotos y muy bien acompañadas, como siempre. Besos
También yo siento la luz y sus reflejos. Arden las piedras y refulgen.
ResponderBorrarAbrazos
Se me hace ese un lugar con una luz extraña. Quizás sea allí donde aniden los sueños y el rumor, sea tan potente que taladre corazones.
ResponderBorrarBesos
Respeto a las piedras, las colecciono. Tengo muchas y todas me dicen algo.
ResponderBorrarMe siento muy identificada hoy con tu entrada.
Besos, todos, preciosa
Y yo encanta de que vengas, querida Violeta. Besitos.
ResponderBorrarCuriosamente, a las piedras les ha dado forma el tiempo y la naturaleza. Eso les hace más humanas.
ResponderBorrarUna mano de pintura no le vendría mal a esa puerta. ¿Añil?
ResponderBorrarEn La Alberca, en ocasiones, duermo la siesta al son del canto de las chicharras. Me duermo por la noche oyendo estridular a los grillos y me despiertan los gorjeos de los gorriones. Así es, no exagero.
Un beso.
P.S. Ya florece mi glicinia.
¡"estridular"!
ResponderBorrarPor favor, qué preciosa palabra, no la conocía, apreciado Profe.
No sabes lo que me ha gustado aprender hoy algo así. No sólo no la olvidaré, sino que presumiré de ella.
Además, pienso en mi padre, que le encantaba conocer nuevos vocablos.
Un beso.
Con élitros y todo.
Yo también viviré en esa casa de piedra tallada por el agua y la luz.
ResponderBorrarQué bonita.
Un beso.
Me encanta el modo en que aunas las imagenes y las palabras...
ResponderBorrarUn abrazo, amiga
¡No hay más que mirar y ver/
ResponderBorrarla verdad resplandeciente.(JRJ)
Gracias Virgi.
ResponderBorrar:))
casa de piedra bañada en luz. vivirá para siempre
ResponderBorrarbesitos, virgi*
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderBorrar...y la piel rocosa nos protejerá de la vida y sus inclemencias...
ResponderBorrarOtra vez bss
Pero creo que no de esta marea azul que se nos echa encima y no se digna oír el grito de la calle.
ResponderBorrarBesos, María
No tengo que decirte de nuevo cuánto me gustan tus fotografías y las pequeñas historias que cuentas a través de ellas.
ResponderBorrarEstas piedras tienen magia; magia que pones tú.
Un abrazo y hasta pronto.
Sabes que para mí también es un placer que me visites. Montón de gracias, Mercedes, un puñado de besos.
ResponderBorrarHabrá que volver a los orígenes por ver si entendemos esta época tan injusta. Dime la dirección, anda.
ResponderBorrarBesos, Virgi
ResponderBorrarSiempre genial amiga.
ResponderBorrarSaludos y buen fin de semana.
Ese es el tipo de vida que me gusta...
ResponderBorrarbellísimo, Virgi.
las imágenes son preciosas y el texto simplemente, sútil.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderBorrarParece una buena vida. Un refúgio sólido, luz, naturaleza, sol que entibia almas y huesos.
ResponderBorrarMuy evocador, Virgi, y no me importaría que me esperara una casa así, cuando quiera pararme a descansar y dejar que la vida transcurra con la misma calma que me transmite tu blog.
Un beso,
Ser atraída por esa quietud alegre es una manera de manifestar la solidez de la ternura que no puede expresarse sino es entrelíneas, como un registro de la intimidad que suscita ese algo oculto que atrae la luz, resplandece y se ancla en ellas.
ResponderBorrarUn abrazo
Gracias, chicas, un lujazo para mí que vengan, abrazos y besos.
ResponderBorrarLas piedras nunca pierden el brillo, se adaptan a la luz reinante.
ResponderBorrarMis besos para ti.
ResponderBorrar· Me encantas las dos últimas fotos... y todas las piedras del mundo.
Hasta del Teide tengo una, mayor que un melón.
· BdPH
CR & LMA
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Pues mira que si te pillan, de la multa no te escapas (una exageración por otra parte, la verdad). Por cierto, la llevaste en barco o en avión? Yo cargué un trozo de mármol de Estremoz (en coche), un adoquín de Madeira (en avión), una bomba volcánica (a pie)...
ResponderBorrarBesos, Ñoco
Un rumor sonando las esquinas!
ResponderBorrarLindas fotos
¡Caramba, llegaste hasta aquí!
ResponderBorrarMontonazo de gracias
Esa casa y esas piedras bendecidas por la luz dorada, que no sólo las ilumina y acaricia,sino que también las configura y da personalidad en acuerdo con la oscura noche, están a punto de decirnos algo, algo que ellas ya saben y nosotros ignoramos. Un abrazo.
ResponderBorrarVirgi, ¿la casa es de tu tierra o castellana? es que me recuerda lugares que he visto.
ResponderBorrarBesos
Es de por aquí, Mar, "de piedra seca", le dicen. Besos
ResponderBorrarUn abrazo, Mateo