Costumbre
Es feliz el loro alejado de la jaula.
Ha logrado abrir la puerta y escapar de los barrotes. Con la sorna que lo caracteriza, observa en la distancia la puertecilla.
Sabe que, o remonta rápido el vuelo, si es que recuerda aletear, o la comodidad de la rutina lo imantará nuevamente al lugarcillo donde estuvo.
Observa.
Dentro, sus necesidades están cubiertas. Mantiene incluso, raras conversaciones, repetidas sin fin con otros animales, obsesivos y extrañamente sonrientes.
Fuera, el cielo lo llama, las ramas lo abanican, vuela sin fin. Pero ya no sabe encontrar semillas, beber de los manantiales, mojarse en los arroyos. La vida es dura, piensa.
Indeciso, revolotea una y otra vez en torno a lo conocido.
Y vuelve a la jaula.

Cornelius Biltius
Loro fuera de su jaula, 1660
Colección privada, Alemania
Creo que nunca podría regresar ya a jaula alguna... por muy amaestrados que nos tengan, definitivamente, no:)
ResponderBorrarBesos, preciosa.
No esperaba menos ti, tesoro. ¿Cómo volver, por mucho que nos regalen? Nada como la vida sin barrotes, mi querida Zarzamora.
ResponderBorrarUn abrazo, libre y tierno.
Pues no sé qué decirte, querida Virgi; a veces el tiempo pasa y es la verdadera jaula en la que quieres estar con tus cuatro rutinas diarias.
ResponderBorrarPero como sabes padezco pensamiento rápido incontrolado (PRI) y en tres segundos me cuestino qué es verdaderamente la libertad .
Es que saqué un SB en filosofía en COu jeje.
Besitos.
Todos estamos enjaulados.
ResponderBorrarOtra cosa es que queramos reconocerlo.
Besos.
Es que tiene que ser difícl para un loro salir de la jaula y encontrar su habitat natural. lo mejor sería un traslado de jaula y dejar la puerta abierta.
ResponderBorrarEs un buen punto partida para escribir sobre las costumbres.
Un abrazo.
eso no es vida, es supervivencia
ResponderBorrarsobrevivir es sinónimo de resignación
y ya lo dijo Honoré de Balzac...La resignación es un suicidio cotidiano
y yo estoy totalmente de acuerdo
besos
Es muy bonito lo que escribes, pero esperaba que volara muy alto. Pero con lo que nos cuentas, nos reconocemos y tenemos que pensar muy adentro la falta de libertad que nos acosa. ¡Eres una maga de las letras por supuesto, de la imagen!
ResponderBorrarBesicos muchos ¡MAGA!
· Historias reales por irreales que parezcan...
Yo tuve un gallo de cartón, viviendo en una jaula como esa, sin fondo, y con la puerta abierta, para que usara su libertad como le pareciera.
Siempre me fue fiel. Nunca se decidió a abandonarme.
· besicos con líneas entrecruzadas
CR & LMA
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Ja ja...imaginé ese final, quizá porque me comporto de la misma forma...
ResponderBorrarEs que los animales que son muy inteligentes saben que como en casa no se está en ninguna parte.
ResponderBorrarNos amaestran es cierto, pero no es ni más ni menos que para que aprendamos a sobrevivir.
Excepto la iglesia y los partidos políticos que quieren adoctrinarnos en su propio beneficio.
Con la iglesia hemos topado, Sancho amigo.
Qué bien escribes Virgi.
Todos nos vemos cada dia ante el dilema que se plantea el loro y, curiosamente casi todos optamos por la jaula. Un abrazo.
ResponderBorrarQuizás no sabe donde ir...o no le gusta demasiado volar o...
ResponderBorrarEstás muy guapa en la foto, ya sé que no tiene que ver , pero estás muy guapa en la foto.
besinos y feliz fin de semana
Creo que volvió a la jaula y la cerró con doble llave porque habia observado que Buba, la gata bellisima, se acercaba con sigilo, con la boca hecha aguas...
ResponderBorrarUn abrazo, amiga
Es que con los años parece que uno se encuentra má seguro en sus rutinas. Malo es no explorar otros mundos, otras vivencias. Y explorar es atreverse a un mundo desconocido y que se nos antoja incierto. Pero habrá que atreverse y cruzar la puerta del otro lado. La incertidumbre en el riego, puede que nos acerque a lo que ni tan siquiera hubiéramos pensado. Acaso tal vez en sueños. Y así los sueños pueden convertirse en realidad. Qué pueril ¿verdad?. Un abrazo Virgi. La pintura me encanta. Tus palabras las saboreo.
ResponderBorrarLa libertad conlleva esfuerzo y sacrificio. Aunque nos aporte independencia y contento, preferimos lo segurito, la ley del mínimo esfuerzo, a pesar del amodorramiento que nos lega.
ResponderBorrarYa señalaba la idea Erich From: a mayor libertad, menor seguridad; a mayor seguridad, menor libertad.
Quizá el estado idóneo es encontrar el justo término, el equilibrio de la balanza entre libertad-seguridad, pero mira que es difícil.
Me ha encantado lo incisiva que has estado. Lanzas al loro fuera de la jaula y todos a pensar.
Un beso, mujer maravillosa. Por cierto, cómo me gusta la foto que has puesto. No la quites, por favor, que estás preciosa.
Otro beso y un abrazo enorme también.
Nada mejor que estar prisionero en jaula de oro. Abrazos.
ResponderBorrarLa libertad, sin entrenamiento, es una condena a muerte... el loro lo sabía. Hay que conseguirla, ganarla... pasando la "adolescencia"
ResponderBorrarbesos
Mi querido Gatito, creemos pasar la adolescencia, pero a la vuelta de la esquina no espera una segunda adolescencia y más tarde una tercera y así...
ResponderBorrar¿por cuál andas tú? ya yo perdí la cuenta.
Besitos
Ante todo la libertad. Sin dudas.
ResponderBorrarUn abrazote sin barrotes
Hermoso, querida Virgi. Tener libertad y no saber qué hacer con ella, no ser capaz de sobrevivir sin límites debe ser tristísimo.
ResponderBorrarUn beso
"Jaula" es una palabra clara y fuerte. No admite dudas. Pero, "costumbre", es más oscura, más engañosa y, sus barrotes, más gruesos aún...
ResponderBorrarQuizás, aunque muchos presumamos de ser libres, estemos más"acostumbrados" de lo que pensamos o nos gustaría.
Besos
Increíble, Trini. Estuve a punto de titular la entrada como "Jaula", pero me parecía demasiado obvio.
ResponderBorrarAsí que has dado en el clavo de algo que pensé cuando la colgaba.
Gracias y muchos besos.
Qué triste historia, Virgi, supongo que además encierra una tristeza, si cabe, mayor, pues esta historia se repite constantemente. Nosotros, los humanos, también tenemos y tendemos jaulas y no escapamos por comodidad, miedo o pereza para emprender una vida que soñamos...
ResponderBorrarMe encantó.
Besos
p.d. me gustan tus pendientes:)
La sociedad es una jaula pero quién renuncia a ella.???
ResponderBorrarBuenas reflexiones he leído depués de lanzar el poema.
Saludos.
NO a de estar feliz en la puerta si tiene lo más preciado cerca... como es la libertad...
ResponderBorrarBesicos
libertad ficticia bajo palabra.. así es nuestro día a día, incapaces de aceptar que la LIBERTAD en letras de moldes tiene sus riesgos y, por supuesto, no se mendiga.
ResponderBorrarTodos volvemos a la jaula de vez en cuando. Siempre.
ResponderBorrarSaludos y un abrazo.
El loro no conoce otra cosa y no quiere arriesgarse, prefiere lo seguro y triste de la costumbre.
ResponderBorrarBesos
El loro intenta reeducarse.
ResponderBorrarAún le queda mucho.
Volverá otras veces y un día no regresará.
Besos
Estrategias varias para disfrazar nuestra incapacidades, apreciada María.
ResponderBorrar¡Si al menos supiéramos con certeza lo que mejor nos conviene, sea la jaula o el árbol bajo el cielo!
Besos
Es lo malo: todos tenemos una jaula que añoramos.
ResponderBorrarEl loro siempre ha sido un burgués
ResponderBorrarTiene estudios
Una metáfora llena de realidad...
ResponderBorrarEso de volver a la jaula, creo que no sólo es condición de tu loro, sino de todos nosotros...Ay, las jaulas con o sin barrotes como nos tienen apresados...
Besicos.
Ah, esa foto del pérfil es magnifica se te ve muy bien...Una pose de lo más interesante.
No debe volver a la jaula!.Pero de tanto vivir acomododado el miedo a volar libre hace que regrese tras los barrotes.
ResponderBorrarEs triste, ¿no?.
Pocos son los que una vez abierta la puerta de la jaula, decide no regresar jamás.
Un beso enorme
Y son persistentes como las golondrinas que vuelven y vuelven como dijo el poeta.
ResponderBorrarBesos
Te leo
ResponderBorrary siempre me gusta
aunque no sea prolijo en los comentarios.
abrazos.
Gio.
Mi querida Virgi: Hay personas que se han acostumbrado ya tanto a vivir en una jaula que serían incapaces aunque le abrieran las puertas de salir volando. La falta de libertad no supone un trauma, puede que si lo fuera, al contrario. Tu escrito hace reflexionar.
ResponderBorrarBrisas y besos.
Malena
La libertad tiene un precio, y nos hemos dejado domesticar demasiado. Ahora ya no sabemos encontrar semillas... Si vienen malos tiempos,habrá que confiar en que los amos nos sigan dando de comer y beber.
ResponderBorrarBuen texto
Aún cuando en esa jaula se encuentre lo que uno sintió desear, dentro no se vive, ni se respira, ni se ama. Volar tras los sueños es siempre mi mejor sendero.
ResponderBorrarUn abrazo Canalla, grande.
Puede más la fuerza de la costumbre que cualquier otra cosa.
ResponderBorrarEmocionante texto inspirado en Rubén de 'Gran Hormona', ese hombre.
Besos sin esclavitú. Se intenta.
algunas veces las jaulas son tentadoras...
ResponderBorrarotras veces, convenientes...
para ciertos loros, salir de la jaula puede provocar ataques de pánico...
esta lora que escribe no las soporta...pero...existen varios tipos de jaulas: invisibles, interiores,etc., etc....no?
mil besos,Virgi*
La lógica cautiva de quien ha perdido las ganas de luchar; supongo que no puede pedirse nada más a quien ha sido condenado ha ser una imagen de sí mismo. Es la segunda condena. Un abrazo
ResponderBorrar¿y no vendrá la tercera y la cuarta y...?
ResponderBorrarBesos, Psyco
Pues eso mismo nos pasa seguramente a todos nosotros, que bastaría con empujar la puerta para llevar una vida diferente y asombrosa, pero preferimos el despertador y la rutina
ResponderBorrarSeguridad a cambio de renunciar a la libertad.
ResponderBorrarNo, por favor, prefiero la incertifumbre de cada minuto.
Virgi, tanto el texto como la imagen me hacen reflexionar sobre lo fácil que es perder "la iniciativa" y dejar tu vida en manos de quien te sonríe desde fuera de la jaula y te hace repetir y asumir como propio sus mensajes manipulados.
Un beso.
Ese loro tiene un grave problema: ha copiado los vicios humanos. Lo tiene muy crudo.
ResponderBorrarBesito al loro, ¡pobre!
Un abrazo para ti.
LA LIBERTAD INVOLUCRA MUCHA RESPONSABILIDAD, X ESO ALGUNOS PREFIEREN QUE LES DIGAN QUE HACER, EN VEZ DE DEDICIR X ELLOS MISMOS.
ResponderBorrarSi algún día logro salir de la jaula, ten por seguro que volver a ella será lo último que haga.
ResponderBorrarBesos
ASI ES EL HUMANO, SE ACOSTUMBRA A LA EDUCACIÓN QUE RECIBE, Y A VECES OLVIDA VIVIR, PREFIERE LA SEGURIDAD DE LA JAULA, ANTES QUE EL MUNDO, QUE OLVIDÓ COMO ES. SALUDOS AMIGA MIA
ResponderBorrarMi querida Abuela, me dice el loro que agradece tu comprensión y que te manda besos.
ResponderBorrarYo, un fuerte abrazo y :):):)
¿Sentirse seguros? ¿Volar?. Teoricamente parece fácil la elección pero no lo es en la realidad.
ResponderBorrarVirgi, hermosa, te copio y pego (al más puro estilo Ricardo Miñana) mi edicto. Dice así:
ResponderBorrarMe veo obligada a privatizar el blog. Seguiré desvariando, porque el mundo me hizo así. Mándame al mail (larisaotero@hotmail.com) tu correo -que no sé si lo tengo, si no lo tengo, si alguna vez lo tuve, si nunca lo tendré-, en el caso de que te apetezca que te incluya en la lista esa de invitados. Creo que puedo añadir a cien. Sólo creo. Y nada, que buenas noches y buena suerte, como dice la película, o que seguramente esto es el tan cacareado efecto mariposa. En una parte del globo arrojan a Bin Laden al mar, en la otra parte una bitácora se apaga en la blogosfera, oh, oh.
Hecho, Larisa.
ResponderBorrarGracias por tu invitación.
Muaksssssssssssss
La jaula es un reducto de libertad conocida. El resto, lo de afuera, es otra jaula, pero aun por construir. La decisión no es fácil. No es una cuestión de libertad sino de pereza.
ResponderBorrar(Siempre haciendonos pensar, Virgi)
Excelente metáfora de la vida que nos circunda, querida, ese es el gran problema...que la mayoría está muy cómoda en la jaula, y los menos, solos, poco podemos hacer pero se seguirá intentando.
ResponderBorrarTe dejo un beso, Virgi.
Entre intentarlo y salir, se nos va media vida. La otra media en no sabemos qué.
ResponderBorrarTal vez el loro es el más sabio.
Un abrazo sonriente.
El loro está dentro de una jaula. La jaula está dentro del mundo, que es como otra jaula. El mundo está dentro del universo... ¡Ya está bien de romanticismos, nos quedamos todos dentro de jaula chiquita! Besos
ResponderBorrarTodos estamos encerrados en alguna jaula. Tal vez el loro tampoco se de cuenta.
ResponderBorrarbesos libres.
¿Ves, Soco? eso es sabiduría, tesoro. El loro no se da cuenta y es comprensible. Nosotros tampoco, por mucho que creamos estar fuera.
ResponderBorrarBesitos.
Y mis sonrisas.
Gracias, Virgi: meto tu hermosa aportación en la jaula de mi entrada. Un abrazo, amiga.
ResponderBorrarA veces pienso que vivo en una jaula, a pesar de mi aparente "libertad" porque dependo de un trabajo odioso con un horario poco flexible. Yo sí creo que de 8 a 5 estoy en una jaula, pero es más un sentimiento que una realidad (porque, en realidad, es solo un trabajo).
ResponderBorrarVivir bajo los parámetros de esta sociedad te hace sentirte enjaulado. Si lo piensas bien la libertad no existe más que en pequeñas acciones. Puedes elegir qué estudiar (y no siempre), dónde hacerlo (y no siempre), qué tomar si sales de copas, a qué concierto ir,qué plato de un menú tomar, qué ropa ponerte (y no siempre), a quien besar... pero la verdadera libertad es otra y la arrebataron hace tiempo.
Y quien inve´ntó los relojes tiene casi toda la culpa.
Virgi, no quería yo...pero en fin, me siento yo un poco así, poco libre.
Pero tú, sigues tan poeta (o poetisa, como más te guste) como siempre. Y tus post son un soplo de aire fresco.
Un beso.
¡Muchacha, qué inspiración! me has dejado a cuadros con tu reflexión.
ResponderBorrarYo creo que la libertad es más mental que otra cosa. Tener la capacidad de pensar por nosotros mismos me resulta más difícil que decidir si tengo libertad para "realizar" una cosa u otra. Claro, también depende de las sociedades, porque seguramente lo que te estoy diciendo no lo apoyaría una mujer en los países árabes, por ejemplo.
¡Ay, linda, me has metido en un lío! Ya lo hablaremos en directo, ok?
Gracias por venir, Sue, muchas muchas, tú sí que eres un torbellino de savia fresca.
Me hubiese gustado más que no volviera, o al menos haberme quedado con la duda
ResponderBorrar¿ seguro que la puerta no ha quedado de nuevo abierta?
Bastante interesante!
ResponderBorrarLo peor es la costumbre...es lo más terrible de cualquier historia... las cosas que se hacen por costumbre siempre acaban mal.
ResponderBorrarUn besito.
Sobre todo en el mundo de las relaciones, mi querida Zayi.
ResponderBorrarUn abrazo, linda.
Pues yo creo, que la inmensa mayoría de personas optamos por regresar a la jaula... y quien diga lo contrario, por mucha vida interior que tenga, por muy superior que se sienta frente los demás mortales, por muy diferente y único que sea su discurso, su formación y cultura... es igual que la mayoría; regresa a la puerta de la jaula... todo está preparado para que no lleguemos a volar y escapemos de las normas establecidas... cada día tengo que trabajar y el próximo 22 votaré...
ResponderBorrarun saludo
PD: me gustaron estas palabras...
Si, es una alegoría increíble sobre nosotros mismos, añoramos la máxima libertad pero cuando nos damos cuenta de lo duro que es elegir y decidir, procuramos volver a las rutinas. Necesitamos aprender a vivir esa libertad, si lo intentáramos sin más pocos sobreviviríamos.
ResponderBorrarUn beso
Gaia, yo aprendí mucho de contradicciones leyendo a Proust. Y lo que dices es así, queremos estar fuera, pero luego no siempre sabríamos qué hacer en ese espacio de libertad.
ResponderBorrarUn abrazo, sabes que es un placer que vengas.
Y otro visitarte, besos besos.
ResponderBorrarAl menos es sensato y noble y vuelve a su casa. O cómodo.
ResponderBorrarBesos.
Hay pájaros tontos...se vuelve a la jaula sí, pero con la esperanza de volar libre...
ResponderBorrarUn besito.
Tal vez vuelve para coger fuerzas, querida Zayi.Más besos
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