Allí estaba.
Quizá esperándome.
Lo cierto es que la cogí.
¿Cómo no hacerlo?
Con su esplendor de luna y estrellas, me llevó lejos.
Quizá esperándome.
Lo cierto es que la cogí.
¿Cómo no hacerlo?
Con su esplendor de luna y estrellas, me llevó lejos.
Y me posó en el nido.
Oía el viento en la veleta.
Un paisaje siena, amarillo, gris, en mis ojos.
Oía el viento en la veleta.
Un paisaje siena, amarillo, gris, en mis ojos.
Torres, murallas, piedras, almenas.
Callejuelas, portones, troneras, minaretes.
Llanura infinita.
El sol sobre las tejas,
las gárgolas,
los balcones.
Callejuelas, portones, troneras, minaretes.
Llanura infinita.
El sol sobre las tejas,
las gárgolas,
los balcones.
Escribo a la sombra de la higuera.
Fotos Virgi
Madrid, Cáceres, Trujillo
me encanta ese arbolito desnudo que encontraste en tu tránsito, perfectamente enmarcado :)
ResponderBorraraunque una buena higuera vestida se agradece para hacer un alto
besos
Cúidate. La sombra de la higuera no es buena ni en verano.
ResponderBorrarBuenas fotos, texto ideal.
ResponderBorrarA la Toscana tenías que ir con tu cámara, por algo el Petrarca vaga por allí.
Pero en nada desmerece nuestra Extremadura.
Bs
Delicado como siempre,Virgi.
ResponderBorrarMe encanta el conjunto que siempre haces con tu prosa y tus fotos. De verdad que es un placer estar acá, tu blog me relaja mucho.
Un besito.
Y tú, buscando siempre la magia y la belleza, aún entre las piedras...
ResponderBorrarUn placer compartirlas contigo.
Con un abrazo. Soco
A mí me sorprendió mucho, Carmen. Dentro del recinto, todo amarillo, seco y en la esquina, una higuera. Parecía sacada mismamente de la Biblia.
ResponderBorrarBesos a la sombra
Hola María Jesús,
ResponderBorrarde pequeña me sentaba debajo de una de las higueras de la casa. Leía, jugábamos o nos subíamos en su tronco casi horizontal. No sabía lo que dices de su sombra. Gracias por el consejo.
Querido Zúñiga, por algunos lugares de la Toscana he ido, pero sin cámara. Maravillosos lugares, sí. Y estuvimos en Arquá Petrarca, mira por dónde, en su casa natal.
ResponderBorrarY Extremadura me chifla, como el Alentejo de los vecinos.
Un abrazo, grande.
Conozco las tres, yo que cási no viajo. Las tres me gustan.
ResponderBorrarTu texto y tus fotos forman un dibujo perfecto que se termina de definir en esa higuera a cuya sombra escribes.
Un abrazo.
Cielito de Zayi, gracias. Es que relajarte a ti no debe ser difícil, con lo dulce y tierna que se te ve.
ResponderBorrarBesitos. Muchos y más.
Muy estimada Soco, la magia y la belleza andan por ahí, a veces pillamos pequeños trozos. Otras nada. Pero, gracias, me gustan tus palabras. Lo sabes bien.
ResponderBorrarMis besos, mis sonrisas.
Muy estimado Mateo, es que hay lugares extraordinarios en nuestro país. Y Extremadura es una gozada.
ResponderBorrarEl llamador es de la capital, muy cerca de la Ópera.
Un fuerte abrazo, corazón generoso.
Virgi que maravilla de fotopoema, me transporta a otro tiempo.
ResponderBorrarUn abrazo preciosa :)
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderBorrar¡Qué lindo lugar para escribir... a la sombra de una higuera!
ResponderBorrarLas fotos preciosas especialmente las de la aldaba, La Santa Rita en el balcón y la puerta.
ResponderBorrarBesos.
He estado por esa zona, pero no recuerdo nada viendo tus fotos. Debe ser que me falta mucho para tener un ojo como el tuyo...ains!
ResponderBorrarQue nada, que me encantó tu tránsito.
Siempre tan exquisita mujer.
ResponderBorrarMaravilloso paseo de tu mano Virgi, amarillos candentes, almenas con enjundia y el sol aplaude tu fantástco recorrido mientras te mira envidioso como escribes a la sombra de una higuera.
Un besazo mi querida amiga.
Bonito tránsito. Escribir debajo de un árbol es un encanto y las fotos son preciosas, así que mi "transito" por el tuyo, ha sido una gozada.
ResponderBorrarBesicos muchos guapa.
Qué fotografías más hermosas. Repletas de colores haciendo juego entre sí. Y las palabras cortejando cada una de las imágenes.
ResponderBorrarBesos y cielos
el anillo te convirtió en pájaro y volaste, pero volar desde la sombra de una higuera no está nada mal.
ResponderBorrarEs mágico, virgi, siempre lo que escribes.
Un abrazo.
en tránsito estamos...
ResponderBorrary yo te miro escribir desde ese balcón...
bello, como siempre
mil besos*
Qué bien te lo montas, Virgi. Qué de mundo que no hemos visto.
ResponderBorrarYo quiero escribir algo en París. O no, mejor no. Quiero ver amanecer en París. Eso es.
Prometo no hacer fotos.
Grazie por hacerlas tú.
Abrazos
Me ha impactado el detallismo de ese picaporte en forma de mano. Hasta con su sortija puesta... Pero lo que más me ha gustado ha sido la composición de esta preciosa entrada: llamas a una puerta y se abre la belleza de Trujillo al compás de las fotos y del hilo conductor de tus palabras, siempre tan líricas, tan certeras, escrutadoras de la magia y la poesía de las cosas. Y es que tu mirada siempre encuentra lo hermoso. Es un don tuyo, querida Virgi, un don del que todos disfrutamos. No lo pierdas nunca.
ResponderBorrarAbrazos enormes y gracias.
Que delicia es viajar contigo.
ResponderBorrarNo haría otra cosa.
Gracias.
Besos.
Un tránsito muy hermoso este que has trazado. Las fotos y las palabras que la acompañan, al menos a mí, me han dejado un deje de serenidad.
ResponderBorrarBesos
Vaya, usted ha estado en la Plazuela de S. Mateo, quien sabe si nos hemos cruzado, pues ese sitio es uno de mis preferidos para sentarme al sol con un librillo o el periódico:)))
ResponderBorrarMe encantó el post, fotos y lo que sugieren, lo que escribes, por supuesto. Está genial, Virgi.
Besos
p.d. Tengo una foto de un aldabón muy parecido, en mi caso la tomé en Portugal.
Un paseo realmente delicioso.
ResponderBorrarBesos
Tu blog es pasearse por una realidad embellecida sin moverse de casa.
ResponderBorrarbesos
¿cómo renunciar a una puerta hacía la fantasia?
ResponderBorrar:)
Que preciosidad de fotos, genial como siempre.
ResponderBorrarSaludos y un abrazo.
Querida Virgi, no sé si estuviste de tránsito solamente por estos lugares que nos has mostrado. Tanto si estuviste de tránsito como si permaneciste ahí mucho tiempo, captaste unas imágenes bellísimas que, unidas a tus pensamientos y a tu poesía, nos brindan un acercamiento detallista a los lugares visitados. Y hemos ido por un paseo variado de muros, ventanas, puertas... cogidos de la mano. La ternura de esa mano verdaderamente invita a tomarla entre las nuestras. Y lo mejor, se ha dejado.
ResponderBorrarUn beso y gracias.
Había un llamador de bronce así, parecido, en la casa de mi abuela.
ResponderBorrarEra una mano más humilde, sin anillo, diseñada de forma sencilla.
Pienso ahora en qué sería de aquella mano, porque tiraron abajo aquella casa.
Saludos
Evadido trascendental, algo hay de místico en el derrotero que muestras.
ResponderBorrarMuy bello.
Un abrazo, Virgi.
Era la única sombra que había ahí?
ResponderBorrarNormal hacerle la foto pues :)
Besicos
Precioso y relajado tu tránsito, amiga Virgi.
ResponderBorrarMe has llevado en volandas hacia ese lugar... ¡Gracias! Me ha venido muy bien. Vivo en una gran ciudad, y rincones como ese son un bálsamo para los nervios y una puerta hacia la buena vida, la que tiene tonos de magia.
Un abrazo.
Querida Virgi
ResponderBorrarLas imágenes de la mano, la fotográfica y tu visión sobre ella, me impactaron.
Bellas fotografías, algo melancólicas.
Un beso de domingo otoñal.
¿Ves? eso es tener ojo y sensibilidad. Yo he estado en esos sitios y no vi nada de lo que veo aquí. Si vuelvo, me fijaré.
ResponderBorrarMe has asombrado, la verdad.
Calipso, niña linda, será que me ves con buenos ojos y por eso tu entusiasmo?
ResponderBorrarBesos y besos
Myriam, ¡si nos vimos hace un momento! Es broma, gracias por tu cercanía y por tu doble comentario. No sabía que esa planta se llamara Santa Rita, por aquí la llamamos Bugambilia (o así).
ResponderBorrarMuchos besos
Seguro, María, que tú te fijs en otras cosas que a mí se me escapan.
ResponderBorrarCuando las veas de nuevo, me echaras un recuerdo.
Muak & muak!
Mi querida Carmensabes, no veas lo que te he extrañado. Es que verte aparecer es importante para mí.
ResponderBorrarY tus palabras son un estímulo.
Lo que envidia el sol, es la luz que desprendes.
Te abrazo muy fuerte.
Nani, tan tierna y expresiva. Otros muchos besos para ti, que tu paso haya sido un goce, es más bien mérito tuyo y de tu generosidad.
ResponderBorrarSaltar del tren, bienvenida seas. Una sorpresa que ya compensé yendo a visitarte.
ResponderBorrarEspero vuelvas, un abrazo grande.
Me dices una cosa muy bella, apreciada Alfaro. Lo de la magia.
ResponderBorrarEs un placer, acabaré creyéndolo...bueno, es una forma de hablar.
Montón de gracias. Igual de sonrisas.
Rayuela, tesoro, la próxima vez me invitarás a ese balcón? Si lo llego a saber, hubiera tocado a tu puerta.
ResponderBorrarY con gran ilusión, que lo sepas.
Muakssssssss
Larisa, hola! Seguro que amanecerás en París y harás bellas fotos. Hermosa ciudad, aunque demasié pa' mí.
ResponderBorrarMe alegra verte otra vez. Besos, besos, besos
Me has dicho algo hermoso, amiga Isabel. Bastante razón tienes, ha sido un empeño mío de siempre, dejar atrás unas cosas y vivir las que nos dan belleza. En cualquiera de los sentidos. Besos a tu sensibilidad, te sale en la sonrisa.
ResponderBorrarPor mí, más que encantada, querido Toro. Y si vamos acompañados de Justi, genial.
ResponderBorrarTe espero en la siguiente parada. Desde ahora te abrazo fuerte.
Pues sí, Trini, querida, lo has pillado. Esa sensación es la que m dejaba también recorrer esos lugares extraordinarios.
ResponderBorrarMe alegra tu complicidad. Un beso plácido y amoroso.
!Ah, Ginebra, qué lujo poder leer un rato en una de esas plazas! Pasear por sus calles es un placer inigualable. Si vuelvo, ¿podemos encontrarnos en alguna? ¡Qué ilusión!
ResponderBorrarUn abrazo muy grande, extremeña hermosa.
¡Diciéndomelo con esa carita angelical, me encanta, Alís! Gracias por volver y hacer este viaje conmigo.
ResponderBorrarSonrío y sonrío.
De cenizas, es que los gatitos tiernos tienen esa facilidad, recorrer las ciudades en un santiamén.
ResponderBorrarY si te ha gustado, genial. Con lo encantador que te siento.
Gabiprog, tú lo has dicho. Cuando cogí la mano, me sentí Alicia durmiendo en el regazo de su hermana.
ResponderBorrarMuchos besos.
Conciso, pero elocuente, Hiperión (aunque extrañé tu humor).
ResponderBorrarBesitos besitos
Mi querida Tanci, estuve, estuve. Varios días entre unos sitios y otros. Extremadura es una gozada, lo sabía de hacía tiempo, pero ahora lo saboreé mucho más (será que la edad nos amplía la capacidad). Y un lugar que no conocía, Alcántara, pasamos a ver el puente (donde sí había estado) y aprovechamos para recorrer sus calles. Preciosa.
ResponderBorrarNada como viajar, una riqueza infinita para mí. Besitos, cielo.
Hola Tesa, esos llamadores son muy sugerentes, se prestan a muchas historias. Una pena que se haya perdido lo que nombras.
ResponderBorrarTe abrazo con fuerza.
Me encanta que tus citas de psiquiatría pasen por este rincón. Para mí es un lujo que vengas, esimado Voy de anónimo. Me siento identificada con tu perfil, no sé...
ResponderBorrarBesitos y un guiño.
La verdad, Belén , es que sombra había muy poca...pleno agosto...imagínate.
ResponderBorrarPero valió la pena, sí, sí.
Una sonrisa.
Antonio, te gradezco mucho tus palabras. Yo vivo en una isla preciosa, sí, pero le falta este halo de historia que, al menos a mí, me habla de la Humanidad y sus huellas. Vaya, que me entusiasmo en lugares así.
ResponderBorrarUn abrazo grande y emocionado.
Querida Marichuy, también me impresionó la mano. Y lo de la melancolía no tiene que ver mucho conmigo, pero sin embargo, cuando escribo, me sale...ya ves, misterios que aún no sabemos de nosotros mismos.
ResponderBorrarUn abrazo, besos, sonrisas.
Pues me satisface que te lo propongas. Seguro que tú te fijas en otras cosas que yo ni veo.
ResponderBorrarMuchos besos, Salambó.
Me encanta el olor de la higuera...me transporta.
ResponderBorrarun beso
Las fotos y el poema son un poema en su conjunto, sobre todo me ha gustado la sombra de la higuera y el olor que ha llegado hasta tu blog,¿lo has notado? Yo sí.
ResponderBorrarSaludos.
Me gusta la imagen de la higuera, Me ha recordado el paseo que di este verano por Timanfaya. Todo negro y en medio de la muerte, una plantita que luchaba por crecer...
ResponderBorrarBesos
Ya me gustaría dar un paseo así, que una mano luminosa me llevase por sitios como los que tú nos enseñas.
ResponderBorrarBesos
.....Y un estremecimiento interior que me consuela el tiempo y la mirada.
ResponderBorrarQué bonito escribes Virgi.
Un besote
Fecundo viaje en fotos y versos.
ResponderBorrarAsí da gusta que nos lo cuentes.
Besos.
Bello paseo para leer a la entrada del otoño, con el sol ya cálido, recreando la mirada en la belleza que crean los artesanos intentando competir con las de la naturaleza, provocando en ti el primor de reconocerles y compartirles, y hasta superarles.
ResponderBorrarMe siento bien.
Un beso
Qué coloressssssssssssssssssss
ResponderBorrarBesotes
Qué preciosidad: tu texto, Trujillo, y todas esas cosas a las que te dio acceso un simple golpe de aldaba
ResponderBorrarme gusta como enlazas imágenes y palabras..
ResponderBorrary me encanta ese pobre árbol en medio de ninguna parte...
IMAGEN
ResponderBorrarTu voz salpica el final de la tarde
mientras un ave devora la lejanía
con sus alas rojas.
El prisionero que vive en mi sangre
aúlla al inicio de la noche.
Tu rostro
se escapa por las paredes,
desnudo y frío,
y me abandona
en esta soledad sin límites.
La noche envilece mi cuerpo
y hace de la muerte un desafío insignificante.
El tiempo se desgasta
encadenado a los recuerdos.
Desde un calabozo
oigo tu voz que me llama.
anuar.
Torres, murallas, vida...se entregan se agitan al viento, se forman, dan sentimiento, amor, calidez y belleza como tu tejer de palabras que das de mano en mano Canalla, tejedora de ilusiones.
ResponderBorrarBesiño;)
Hermosas fotos. Magníficos versos. Un lujo de entrada.
ResponderBorrarLa higuera es extraordinariamente resistente y capaz de crecer en una roca.
Deliciosa capacidad para llenar de sentido, colores, piedras, metales,en ese tránsito constante mientras hacemos camino.
ResponderBorraruna sonirsa
Como siempre, un placer para los sentidos pasar por acá Virgi. Trujillo es una bonita ciudad que conocí el año pasado. Tus fotos me han llenado de recuerdos.
ResponderBorrarUn beso.
Es cierto, Alex, tiene un olor muy especial. Es un árbol tan relacionado con la historia que yo creo que a muchas personas nos resulta muy evocador.
ResponderBorrarBesitos
Hola Encarni, no lo había notado porque lo coloqué de manera que llegara a mis visitantes.
ResponderBorrarSi lo notaste, genial!
Guiños y sonrisas.
¡Ah, Arantza, la famosa higuera de Timanfaya! Todos nos quedamos flipando con ese arbolito. Muchos besos y un trocito de lava cariñosa.
ResponderBorrarEl mérito es de la mano, Mar, yo sólo me dejé llevar.
ResponderBorrarGracias y muchos besos.
¿Y qué me dices de ti, apreciada Tecla? Eres un pedazo de bombón, dulce y tierno y así te leo.
ResponderBorrarUn beso bien grande.
Muy estimado Ybris, sabes que ya sólo verte se me alegra el semblante.
ResponderBorrarSi te gustó este paseo, para mí es un aliciente. Más de lo que imaginas.
Mil gracias, un trozo grande de mi alegría para ti.
Hola Gaia, que vengas detrás del Caballero Ybris, ya me duplica el placer. Otras miles de gracias para ti por el entusiasmo que siempre me dedicas. El lujo es mío, lo sabes?
ResponderBorrarTe abrazo con fuerza.
SSSSSSSSSSSS...volando sobre una hoja te llegarán, Mita.
ResponderBorrarY en otra, un cargamento de besos.
Hola Miguel.
ResponderBorrarCasi ni tuve que llamar. Cogí la mano y en un periquete ya estaba recorriendo esos lugares que me embelesan.
Besitos (y risas...ya sabes la razón)
Gracias, Beauséant.
ResponderBorrarEl árbol me alucinó. Solo, dentro de la fortaleza y con pinta de llevar mucho tiempo allí, tranquilo, sereno.
Hace tanto tiempo que estuvimos, que ni recuerdo si ese pequeño castillo estaba abierto al público.
Un abrazo.
Bienvenido, Anuar.
ResponderBorrarTe agradezco el extenso poema que me has dejado. Te devuelvo la visita.
Un saludo
Mayte, linda, me dedicas un hermoso oficio. Tejedora. Precioso. Gracias, tierna canallita.
ResponderBorrarMuaksssssss
Pues no te digo del pino canario, Arobos. Se agarra al borde de un barranco y allí puede estar siglos.
ResponderBorrar¡Que maravilla la naturaleza! Sé que sabes mucho de eso.
Otro buen abrazo para ti.
Ilia, tus sonrisas las extraño, ¿lo sabías? Y tus textos. Me reconforta que te guste venir. Muchas gracias, cielo. Besitos y besotes.
ResponderBorrarHola Sue, para mí fue como la primera vez, lo saboreé plenamente. Es que hacía casi veinte años que fuimos. ¡Cuántas cosas bellas por disfrutar y tan pocas psobilidades!
ResponderBorrarHagamos lo que podamos.
Abrazo tus recuerdos.
Me encanta viajar contigo.
ResponderBorrarBesos.
Nada como escribir bajo un árbol. Solo felicitarte una vez más por como puedes utilizar tus poemas y fotos para transmitirnos todo lo que sientes. felicitaciones!!!
ResponderBorrarhttp://el-ser-bohemio.blogspot.com
Me sorprendes con tus viajes. ¿Son recientes o es que tienes un cofre mágico y los sacas para despistar?
ResponderBorrarMaravillosas llanuras las extremeñas.
Esas manos, ¿dónde las encontraste`? Necesito unas así.
ResponderBorrarY si las acompañas de las tuyas, garantía total.
ResponderBorrar(no volveré, don´t worry)
Me encanta como acompañas en ese paseo, como si las dos manos que se ecuentran no se separen mientras descubren un mundo que parece haber nacido para ellos. Bellas fotos, Virgi. Besos.
ResponderBorrarVirgi, no seas mentirosa. No te veo escribiendo a la sombra de la higuera.
ResponderBorrarLo que sí se detecta en tus fotos es una calorina descomunal.
Te acompaño un llamador:
http://tempero-koroneiki.blogspot.com/2008/11/intacto.html
Algún pequeño viaje hemos hecho, no?, querida Reyes. Espero que hagamos algún otro.
ResponderBorrarBesitos
Ser Bohemio, mi agradecimiento al énfasis que pones en las visitas.
ResponderBorrarLos árboles sirven para mucho, leer y escribir son algunas de ellas.
Un abrazo
Hola Edgar, las fotos son recientes, las manos son chulapas, las mías encantadas de acompañarte...¿pero dónde te encuentro?
ResponderBorrarPsycomoro apreciado, si tu vienes y me dices esas cosas, pues no veas cómo me alegra.
ResponderBorrar¡Con lo fantástico que es visitarte! Un abrazo fuerte, de admiradora.
Mira Manuel, no sabes la de lecturas/escrituras debajo de un peral, ciruelo, nisperero, moral, que disfruté en mis años juveniles.
ResponderBorrarEn el silencio de un verano o con el abrigo del invierno (aquí no es Siberia...).
Y la verdad, hacía un tiempo estupendo, calor, sí, pero estupendo.
Besitos
Virgi, me refería a que no te veía bajo la higuera de la foto. Por supuesto que sí te imagino bajo un níspero o bajo un emparrado.
ResponderBorrar¿Qué tal la vendimia?
Un beso.
Qué belleza la de la última foto.
ResponderBorrarTendremos que estrechar así los llamadores.
Ja,ja,ja...
ResponderBorrar¡Un beso!
¿De higos blancos o gomeros?
ResponderBorrarun placer haber dado contigo, saludos cordiales
Qué arte, Virgi, para tomarnos de la mano y llevarnos por una ciudad, que conozco bien y de la que has conseguido fotografiar y contar lo esencial. Una curiosidad: ¿viste el curioso escudo del Athletic en Santa María? Obra cumbre de "El Rana" y claro precedente de otras intervenciones parecidas (como ese astronauta de la puerta de Ramos de la catedral nueva de Salamanca que algún energúmeno, quién sabe si fanático tradicionalista o solo gamberro espeso, acaba de destrozar). Creo que están muy bien traídas las alusiones toscanas: hay algo en estas piedras que transmite la misma elegancia. Hermosa Extremadura, uno de nuestros secretos mejor guardados. Un abrazo.
ResponderBorrarTodo ok por aquí, Tempero.
ResponderBorrarVendimia, higos picos, playa, atardeceres de otoño, cole...
Muak muak
Pedro, a mí también me gusta esa foto, especialmente por la sorpresa de ver una higuera allí, tan campante, cerca de un aljibe árabe. Me hizo cavilar un rato.
ResponderBorrarBesos
Me encanta que te rías, Voy de anónimo. Una satisfacción.
ResponderBorrarBesos a tu humor.
Me alegra que me hayas encontrado, Adelfa. No sabría decirte de qué clase, gomeros creo que no.
ResponderBorrarUn abrazo de bienvenida.
Co las fotos y los textos creas un espacio lleno de magia al que es facil volar.
ResponderBorrarSaludos.
Anoche mismo unos amigos me enseñaron unas fotos de esa zona. Y también se fijaron en la higuera.
ResponderBorrar¡Qué curioso!
Besos
Que paz se desprende siempre de este lugar.
ResponderBorrarA esa sombra de la higuera me sentaría el resto de mis días.
¿A qué aldaba debo llamar?
Un besito, cielo.
Salgo de la reserva india para llegar tu blog y recalo en Extremadura: azares del viaje. Veo que la poesía, como tantos otros huéspedes de la Posada del Sol de Medianoche, es el sendero por el que transitan tus mensajes, en íntima y enriquecedora complicidad, en tu caso, de sugerentes imágenes. Excelente combinación. Saludos.
ResponderBorrarAhí suelo estar, Virgi, en la higuera.
ResponderBorrarFeliz fin de semana.
• Haces prosa poética.
• Me gusta ese final, al pie de la higuera. ¿Higos de cuellos de dama?. Serían los mejores para endulzar las palabras.
• besos desde un lente... en PH, por ejemplo.
► CR ► LMA
________________________________
•
Preciosas instantáneas... originales y con entregas de posibles historias.
ResponderBorrarMe han gustado todas... y que escribieras a la sombra de la higuera... cosas tan bonitas.
Una preciosidad en conjunto.
Mi bienvenida entusiasta, Javier.
ResponderBorrarVi una sombra y era el vuelo de tus palabras. Gracias por tu huella.
Un abrazo.
Es que el mundo es un pañuelo, María.
ResponderBorrarAunque sucio, como decía Mafalda.
Más besos, linda.
Mi muy querida Eva,
ResponderBorrara ti no te hace falta ningún llamador, tienes la puerta abierta. Y las ventanas, por si quieres entrar enredada en alguna zarzamora frondosa.
Montón de besos
Navajo, hola!
ResponderBorrarUn placer que me dediques tu visita y esas palabras tan gratificantes. Que vengas desde esos paisjes maravillosos ya es un gran regalo para mí.
Un abrazo grande.
Sabes bien, estimado Pedro, que es un honor insólito que te cueles, así, desde la higuera, hasta aquí.
ResponderBorrarSalté de sorpresa al verte.
No sabes cuánto me ha gustado, te abrazo un buen rato.
Pues no conozco esa clase de higos. Cada día se aprende algo (o mucho) nuevo, querido Ñoco.
ResponderBorrarLo de prosa poética he de analizarlo bien, me suena al bachillerato, allá por mis tiempos mozos...
Besitos. Muchos, montones.
Estupenda tu visita, Sir Bran.
ResponderBorrarAciertas con lo de posibles historias. Entre unas que ya colgué y otras que tengo in mente...
Gracias por tus piropos, un fuerte abrazo
Escribir a la hermosa sombra de tus fotografías.
ResponderBorrarHas ido saltando, mi querida Clarice, de rama en rama, dejándome tu aroma.
ResponderBorrarMil gracias. Igual de besos.