La ternura se agazapó entre la piel y los huesos.
Ya no tuvimos más sonrisas
y las pupilas perdieron el brillo.
Tuvo que llegar la música.
Notas, sonidos, ritmo.
El color y el calor de un tambor, ancestral y humano.
La música nos rescató.
Éramos algo flotando
y la música nos brindó el suelo y los latidos.
Bombeaba la sangre,
y en ella, sumergidas,
blancas y negras, redondas,
fusas y semifusas,
marcaban el retorno a la vida.
Tines un blog estupendo, lleno de poesía sentida Virgi..
ResponderBorrarGracias por tus cálidas palabras, seguiré visitándote!!
Estupendo poema que casa muy bien con las sensaciones que produce tan estupenda película. Gracias por tu visita.
ResponderBorrarun abrazo desde guatemala
ResponderBorrarComo te sigo mucho, me satisface dediques un post a esa película sensible, emotiva y esperanzadora. La música crea nexos, como el Arte, y en tu blog se percibe.
ResponderBorrarAgradecerte, Xuan, tu visita en post anterior. Tu halo entra contigo, gracias otra vez.
ResponderBorrarBonito y sentido poema. Viva la música y que no falte.
ResponderBorrar¡Carmen, tú sí que tienes una generosa maravilla! Gracias, besos de corazón.
ResponderBorrar¡Hola Blanca! Una alegría tu comentario, sonrisas y música para ti.
Colocho, gracias por visitarme.
Edgar, ¿qué decirte? los amigos siempre son bienvenidos. Y más cuando son tan fieles.
Que siga la música, sí, también las palabras. Como las que te leo, Miguel, que no faltes.
Luego del baile, he quedado algo agitada...¡Es que contagias, mujer!
ResponderBorrarEl latido del corazón amplificado en un tambor, vibraciones sonoras que nos hacen alcanzar la conexión ancestral más pura y genuina...
ResponderBorrarTe dejo un tam-tam
Me gusta tu blog. Como dice Blanca, este poema casa muy bien con el personaje de la pelicula.
ResponderBorrarGracias por tu comentario en mi blog.
Un abrazo
¡Qué bien que te leo de nuevo, Diana! Gracias por el baile y la música,besos con ritmo.
ResponderBorrarTe devuelvo el tam-tam amplificado...¿será cuestión de tribus? Hasta ahora, Haideé.
¡Hola María! un abrazo entre letras, libros, música y palabras que maduran al encontrarse.
Cambiaría sangre por música, para apurar toda la fuerza y la belleza que posee. La música nos hace salvajes hiperestésicos. Llenos de vida.
ResponderBorrarUn abrazo.
Virgi
ResponderBorrarQué hemoso poema !! Y que rescate más antojable.
Saludos y muchas gracias por visitar mi blog
Fernando, lo de "salvajes hiperestésicos" te lo agradezco mucho, además me has hecho aprender una palabra que no conocía. Así que te envío una frase maravillosa de Ciorán: "Si no hubieramos tenido alma, la música nos la hubiera creado"
ResponderBorrarMarichuy: gracias a ti por devolvérmela. Un beso sobre las olas.
Con la mirada atenta…
ResponderBorrarEntre dos ausencias, la pasada y la que va a llegar enseguida, encuentro un hueco…
Me impresionó esa película por la sensibilidad que atesora. Y me llegó muy especialmente porque días antes pude comprobar un incidente en el metro de NY que pudo dar lugar a una situación absurda. Será el miedo el origen del control y a su vez la causa.
...besos.
CR & LMA.
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